Por Esto Salgo

Festival Buena Vibra



Una edición histórica de un festival que se instaló en la movida porteña hace tres años y propuso al under nacional compartir escenario con artistas consagrados.

 


La última edición del Festival Buena Vibra se caracterizó por confluir innovación y trayectoria en una jornada musical que duró más de doce horas y deslumbró con un line up que, además de apostar por los músicos más importantes de la escena indie nacional, incorporó también artistas con una larga trayectoria. 

 

“Intentamos llegar a un público nuevo que escapa de lo tradicional”, explica Joaquín Speroni, el creador y productor de la propuesta, quien además opina que el festival fue creciendo y conformando su identidad a partir del uso de Instagram. “Se estableció un ida y vuelta muy rico con la gente y así se fue formando la comunidad que hoy nos sigue”, agrega. 







Más de 16 mil personas se reunieron en el Hipódromo de Palermo bajo el sol resplandeciente del mediodía para cantar y bailar al ritmo de bandas y solistas de diferentes géneros y estilos que están transformando la cultura musical actual nacional.

 

Bandalos Chinos, Barbi Recanati, Conociendo Rusia, El Kuelgue, El Zar, Femina, Marilina Bertoldi, Nafta, Paula Maffia, Perotá Chingó y Lo’ Pibitos son algunos de los artistas que presentaron sus shows alternados en un escenario dividido a la mitad, lo que permitió fluidez entre espectáculos.

«Un festival con espíritu independiente para disfrutar la música en comunidad».


Joaquín Speroni

También se subieron al escenario Fito Páez y Miranda! para tocar sus hits más agitados y bailables; Lisandro Aristimuño, con una propuesta más soft; y el único artista internacional de la grilla, Alex Anwandter, que reflexionó sobre cómo la política atraviesa cualquier expresión artística.

 

Además, en el predio hubo food trucks -veganos y gluten free-, arcades, mesas de ping pong, espacios de arte y una estructura cubierta de plantas de la que caía una llovizna suave para aliviar el calor. Una propuesta creativa para centennials que buscan disfrutar la música en sintonía con el de al lado.

 

El atardecer vibró al ritmo de los sonidos urbanos del futuro, lejos del mainstream, pero impulsado por la escena local emergente.