Primer Plano

Hernán Cattaneo



El atardecer como paisaje bañó de luz el césped del predio y los edificios de la ciudad, mientras las mezclas del DJ Hernán Cattaneo envolvieron al público en una gran fiesta.

 


En una tarde de sol radiante, los treinta grados de temperatura no detienen a los que llegan al Campo Argentino de Polo. Se forma una larga fila que empieza a fluir cuando, pasadas las 16 horas, se abren las puertas del Sunsetstrip, una propuesta que invita a disfrutar del atardecer con un show de música electrónica a cargo del DJ y productor argentino Hernán Cattaneo.

 

Con la idea de romper con los prejuicios que existen alrededor de este género musical, el reconocido artista internacional sorprendió en su ciudad natal con el Sunsetstrip, una iniciativa que ya había realizado en otras partes del mundo y que le “rinde homenaje a la energía, la luz y la vibración que irradia el atardecer, que siempre genera un montón de sensaciones especiales para la música”, explica Cattaneo







En esta segunda edición, más de 15.000 personas bailaron con un set extendido, que duró siete horas. Un recorrido progresivo por los sonidos que identifican a este DJ: las melodías, el groove sutil y muchas vocales, como las de Billie Eilish, que se llevaron los primeros aplausos del público cuando todavía brillaba el sol. 

El setlist combinó tracks inéditos, que generaron sorpresas en los espectadores; otros más conocidos, como la versión mashupeada de I wish you were here con In the woods; y otros que provocaron alegría multitudinaria, como Time Lapse y Coven. Además, sonaron remixes de Gorillaz, Tame Impala y hasta un capricho personal del disc-jockey​: Time de Pink Floyd, una de sus bandas favoritas.

«La música que me gusta a mí va perfecto como soundtrack del atardecer».


Hernán Cattaneo

Además de una puesta en escena deslumbrante, que incluía un semicírculo de luces y una pantalla de led gigante, el predio contó con puestos gastronómicos y espacios de entretenimiento y de relax. A la medianoche, el público se unió alrededor del escenario al canto unísono de Light my fire de The Doors, el track con el que terminó la fiesta, pero que aún perdura en el cuerpo.

 

Con localidades agotadas, la ciudad vibró al ritmo de la música y recuperó el significado de la fiesta y el baile.