Tomahawk

Tomahawk es una carnicería boutique que busca reversionar un clásico argentino, el asado. Cortes de carne que no son los habituales, madurados en seco o envasados al vacío y una selección de vinos exclusivos convierten una propuesta tradicional en una más gourmet.

En una esquina de ladrillos a la vista, con ventanales amplios y herrajes negros, se ubica este local palermitano. Su iluminación cálida y el gris del cemento rompen con la estética convencional de la típica carnicería. En cambio, su estilo campestre y moderno invita a trasladarse al lugar de origen de los productos.

Una cava para madurar expone los cortes de carne trendy -como el Ojo de Bife dry aged, Prime Rib y T-Ribe dry aged– que, cada vez más, ganan adeptos en la ciudad. “Son productos poco habituales que despiertan el interés de los consumidores porque le aporta a la carne un sabor y una textura muy diferentes que sorprenden”, expresa el dueño de Tomahawk Tomás Guitelman.

“Para el proceso de la maduración en seco, la carne, que debe ser de buena calidad, se expone a una temperatura y una humedad controladas durante un tiempo determinado”, explica Guitelman. El dry aging genera una mayor terneza en la carne e intensidad en su sabor, en comparación a la elaboración tradicional.

Ubicada al lado de la carnicería, se encuentra La Parrilla de Tomahawk, una propuesta al paso que ofrece una carta corta con carnes cocidas con opciones en sandwichs y al plato. Para acompañar el menú se puede elegir una de las tantas etiquetas que ofrece la vinoteca de la carnicería y así conseguir el maridaje perfecto. 

Una experiencia que conserva la esencia del encuentro alrededor del fuego, aunque con nuevos sabores que renuevan las parrillas argentinas.