Bien Estar

Cocina Vegana Navideña



Se acerca fin de año y con ello las ricas comidas típicas que se sirven en las mesas navideñas y de año nuevo. Este workshop enseña recetas deliciosas y aptas para consumo vegano.

 


 

Ya está sucediendo. Los villancicos empiezan a colarse en las listas de reproducción de los espacios públicos y de los medios de comunicación. Lo mismo sucede con los adornos característicos de la fecha, que toman mayor relevancia en las vidrieras porteñas. Es un hecho, Navidad está cerca y solo se puede pensar en una cosa: “All I want for Christmas is”… comer, comer y comer.

 

Debido a que el movimiento vegano de a poco se va estableciendo como alternativa saludable, cada vez son más los interesados en aprender recetas para poner en práctica, sobre todo, para fechas especiales en donde se reúne toda la familia. 







Cocina vegana navideña es un workshop integral, dictado por Carolina Zabala -Health Coach y Chef Vegana Naturista-, en el que uno puede aprender a realizar un menú completo para el 24 de diciembre -entrada, plato principal y mesa dulce-. Desde una ensalada rusa, pasando por un vitel toné (reemplazando la carne con sabrosos bifecitos de seitán) hasta trufas de chocolate y naranja, y turrón de cacao y avellanas.

 

El taller es abierto al público, pueden asistir veganos, vegetarianos, “personas en transición”  -en la jerga se denomina así a aquellos que están dejando tanto la carne como los alimentos hechos con sus derivados- e incluso personas que comen carne pero desean implementar estas recetas para incluirlas en su dieta diaria o agasajar a sus familiares. 

«Un taller pensado para que todos puedan disfrutar de la comida vegana durante las fiestas».


Carolina Zabala

El encuentro dura aproximadamente dos horas y media. En él se explica en detalle cada una de las técnicas necesarias para generar cada plato. Asimismo, se mencionan ingredientes que se pueden reemplazar por otros más sanos y se realizan degustaciones de cada propuesta gastronómica, además de jugos, budines y croquetas. ¿El resultado? ¡exquisito!

 

Una buena excusa para enriquecer tanto el recetario personal como el paladar propio y de los afectos.