Primer Plano

Hernán Casciari



Un hombre que desafía los límites de la literatura. Su carrera en torno a la escritura y cómo le pone el cuerpo a sus narraciones.

 


“Soy un narrador de historias”, asegura Hernán Casciari, sin titubear. Cuando todavía era un niño, sorprendía a sus amigos con nuevas versiones de sus libros favoritos. Su vocación literaria llegó después: creó un blog y editó sus propios libros, pero una sucesión de eventos extraordinarios lo llevaron a reinventar su profesión.







En el 2015 sufrió un infarto que determinó un cambio radical. Entre sus hábitos ya no hay sal, cigarrillos ni marihuana. Tampoco escribe a un ritmo incansable. El autor de cuentos, novelas y miles de entradas para su web, recuerda: “desde que dejé de fumar, dejé de escribir”. Lo dice sin nostalgia; ese episodio fue una oportunidad de transformación, como pasa en las películas. De hecho, su suceso llegará al cine en 2021.

 

La transgresión acompaña a Casciari desde los inicios de su carrera, cuando se alejó de las grandes editoriales y avanzó por un camino independiente. En plena era digital, la edición en papel de su revista Orsai representa un acto de rebeldía. Lo mismo ocurre con sus narraciones: revolucionó la escena literaria con un recurso clásico como es la oralidad. 

«Me di cuenta que los adjetivos también pueden ser un silencio».


Hernán Casciari

Relata con la potencia de su voz las historias que escribe. Lo hace en radio y televisión, en teatros y en podcast. Su expresión narrativa, su esencia, trasciende los formatos. “Me resulta divertido ver cómo llega a los otros lo que yo hago”, explica el multifacético trovador de la actualidad, quien también creó una experiencia ingeniosa para disfrutar en tiempos de pandemia, una serie de cuentos por streaming con delivery de comida a la carta incluido.

Casciari conmueve a sus lectores y espectadores a través de la risa, la tragedia o la melancolía. Sus relatos son verosímiles, cualquiera se puede identificar con un personaje, una escena, una frase o una sensación. Lo que sucede es que escribe sobre su vida, los amigos, la familia y las costumbres y pasiones argentinas. Cualquiera que transite por el suelo de esta ciudad puede identificarse con alguna de ellas.

 

Un autor que dejó de escribir y en ese giro inesperado del destino encontró una nueva forma de revivir sus historias.